El origen de la Torre Eiffel y su transformación en icono mundial
La Torre Eiffel nació como proyecto estrella de la Exposición Universal de 1889. Una estructura de hierro pudelado concebida por el equipo de Gustave Eiffel y levantada entre 1887 y 1889 para celebrar el centenario de la Revolución Francesa. Su silueta, una gran “A” metálica, rompió con la tradición de piedra y ladrillo, convirtiendo la propia estructura en protagonista y demostrando el potencial de la ingeniería moderna.
Inaugurada el 31 de marzo de 1889 (apertura al público el 6 de mayo de 1889), alcanzó los 300 m originales y, con antenas, ronda hoy los 324 m, dominando el Campo de Marte y el cielo de París. Aunque sus líneas suscitaron críticas iniciales, pronto se consagró como símbolo de innovación y de la ciudad.
Durante el siglo XX, la torre se mostró útil y versátil. Sirvió para telecomunicaciones y radiodifusión, y alojó iluminaciones publicitarias tan célebres como las de Citroën entre 1925 y 1934.
Con el tiempo, se convirtió en uno de los monumentos más visitados del planeta. Hoy, es posible visitar desde los niveles inferiores hasta la cumbre de la Torre Eiffel. Y si buscas completar la experiencia parisina, nada mejor que combinarla con un relajante crucero por el Sena.